El Peligro de que Gane Delfina Gómez y Morena.

Los números del Estado de México son fatales. Ocupa el deshonroso primer lugar en Corrupción, en Feminicidios, en robo violento de vehículos, etc. Diariamente los mexiquenses enfrentan robos a transporte público, muchos de ellos con fatídicos desenlaces; se vive un tráfico infernal. La calidad del transporte público es deprimente, no se diga del abuso de los operadores que cobran sus tarifas y aumentos a placer. La simulación del combate a la delincuencia es clara: No hay descenso en los niveles de violencia.

Hay un claro debacle en el control del Estado, que el presente periodo electoral no ha podido frenar.  La salida del poder del Gobernador Eruviel Ávila va causando los estragos comunes en cualquier fin de mandato. Eruviel, ha permanecido alejando de los reflectores nacionales, pues quiere seguir como claro aspirante a la candidatura presidencial de 2018, pero los números rojos en el Estado lo persiguen.

La guerra sucia entre los candidatos no se hizo esperar. Ni en la calle, ni en la publicidad y mucho menos en los debates los candidatos han dejado atrás la práctica común de la descalificación.  Los ataques se han centrado en los punteros de la elección: Delfina Gómez y Alfredo del Mazo. Ambos candidatos, hasta la fecha, han permanecido un poco más alejados de esa dinámica, consecuencia de su posición. Pero los golpes van en aumento hacia la candidata de morena. De manera abierta, Teresa Castell, candidata independiente, ha usado parte de los recursos de campaña para colocar medallones en colectivos con la leyenda “Soy Delfina, y voto independiente”. Aparecen cada día más espectaculares en las calles con propaganda en contra de la candidata de morena, con recursos del partido local “Virtud Ciudadana” de Irak Vargas. Y se han agudizado las llamadas a los domicilios con el “¿Sabía usted que la candidata de morena….?”.

El contexto nacional también caldea las aguas en el Estado. Desde las reuniones de la cúpula del PAN en manos de Ricardo Anaya y Santiago Creel con el Presidente Peña Nieto en enero pasado, y que fueron captados en la puerta más secreta de la residencia oficial de los pinos; hasta el reciente anuncio de los dirigentes del PAN y PRD de una alianza con miras a la elección federal del 2018. Tal parecer que el enemigo a vencer, por todos los frentes posibles, es morena. El partido liderado por López Obrador, el “peligro para México” y ahora el peligro para el estado en su candidata mexiquense: Delfina Gómez.

El Priismo ha gobernado hegemónicamente el Estado de México por  más de 80 años y nacionalmente  70. Aún el Estado no conoce gobierno que no haya emanado de las filas del priismo.  De esta misma entidad es el llamado “Grupo Atlacomulco”, que ha dado al estado 6 gobernadores y un presidente de la república. Y, aunque no sea oriundo de Atlacomulco, el candidato priista es hijo, nieto y primo de connotados miembros del grupo.

Rodeado de un misticismo y evidente poder en el estado, los miembros del Grupo Atlacomulco han sido blancos de señalamientos de corrupción. Incluso el actual presidente, Peña Nieto, ha sido ligado a los casos de corrupción por la obras durante su administración en el Estado y actualmente como presidente con el grupo OHL.

La constructora española se encuentra bajo investigación en su país de origen derivado de un proceso por soborno para ganar obra pública. Javier López Madrid, yerno del máximo accionista del grupo constructor, Juan Miguel Villar Mir fue detenido en Marzo pasado por las autoridades Españolas. De este mismo caso, la propia fiscalía española ha indicado que parte de los sobornos utilizados en España provienen de las operaciones del grupo en México.

En ese contexto, Emilio Álvarez Icaza, sociólogo y defensor de derechos humanos declaro semanas atrás que desde hace más de 15 años los priistas han creado una red de corrupción con la trasnacional española OHL, con el objetivo de financiar las campañas políticas de los candidatos de ese partido. Desde luego, Icaza afirma que OHL ha financiado las campañas de de Alfredo del Mazo.
Y recientemente, la política de sobornos mexicana ha sido noticia desde Brasil con la constructora Odebrecht. De acuerdo a lo declarado a las autoridades de Brasil por parte de Marcelo Odebrecht, este dijo haber pagado 10.5 millones en de dólares en sobornos a diversos funcionarios públicos y de PEMEX entre 2010 y 2014, durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Es notorio que la red de corrupción que rodea a los gobiernos Estatal y Federal han echado de todo tipo de recursos y estrategias para conservar el Estado, amén del poder político y económico de las fortunas amansadas y redes complejas de corrupción tejidas por años de impunidad en el Estado más poblado del país.  Estas redes han operado alianzas que han trascendido hasta la agresividad misma. Antorcha Campesina ha declarado abiertamente la misión de detener a morena. Antorcha es conocida como el grupo de choque del PRI por muchos años.

Se suman a estos embates la supuesta oposición del PRD encabezada por Juan Zepeda. El candidato perredista ha sido atacado, desde su propia casa, por su aparente colusión con el gobierno estatal para dividir el voto de izquierda en el estado. Correligionarios le han acusado de gastar en espectaculares y publicidad con dinero aparentemente del gobierno estatal. El pasado 23 de Mayo, Zepeda y Delfina llevaron a cabo eventos simultáneos en Nezahualcóyotl, municipio de origen del Perredista. En dicho evento, Zepeda afirmó que AMLO perdió dos veces la presidencia de la república. Estas afirmaciones son incongruentes al discurso que desde hace años la izquierda mexicana mantiene: La elección de 2006 no se perdió, se trató de un fraude, fue robada.

En respuesta al llamado de López Obrador para que los candidatos de izquierda declinaran en favor de Delfina Gómez para realizar un frente contra el PRI y sus aliados, el perredista Zepeda incluso ha pedido que sea la candidata de morena la que decline en su favor. Fuera de toda pasión política, la balanza al declinar es en favor de los candidatos en mejor posición. De acuerdo a las últimas encuestas por varios medios, Zepeda ronda entre el 3er y 4to lugar junto con la candidata panista Vázquez Mota,  pero lejanos por 10 puntos porcentuales de los punteros.

Pero el verdadero peligro se aproxima. La victoria de Delfina Gómez fracturaría una de las vetas más importantes del poder político y económico del PRI. La pérdida de la llamada “joya de la corona” supone muchos riesgos al poder. En el ámbito político supondría un peligroso futuro en miras a la elección del 2018 para los grupos del poder. El Estado de México cuenta con una lista nominal de casi 11 millones de posibles votos. Aunado al éxito en Veracruz y la Ciudad de México, que junto con el estado son los 3 más poblados del país, pone a morena en excelente posición ante la carrera presidencial del próximo año solo en este cinturón central.

Otro peligro inminente viene para las empresas tejidas en la red de corrupción del Estado de México. La victoria de morena pondría al descubierto muchas irregularidades en el manejo de recursos y asignación de obra pública en el Estado que mancharía a diversos funcionarios mexiquenses que actualmente trabajan para el gobierno federal. Incluso en un análisis más profundo, estos casos de corrupción podrían manchar al mismo presidente Peña Nieta ya de manera más documentada.  Ante ese panorama, la victoria de Delfina sería la oportunidad perfecta para sus enemigos de demostrar una supuesta ineficacia de los gobiernos de morena y centrar los reflectores a su modo.

CORRUPCIÓN EN LA ELECCIÓN

La política del poder y la delincuencia organizada, coludidas en las redes de corrupción han gobernado durante años el Estado, que como ya citamos, han amansado fortunas. Valientes periodistas les han puesto nombre y cara a esas redes, y lo han pagado con su propia vida. No se escatimarían recursos para crear una psicosis de violencia y poca estabilidad de gobierno para meter en la mente de los ciudadanos que el gobierno que encabezaría la izquierda no es del todo acertado. Podríamos esperarnos un recrudecimiento de la violencia en el Estado. Réplicas de bloqueos y balaceras por los municipios conurbados. Incluso aumento en los niveles de robo.
Se va a gobernar un estado con 84 alcaldías priístas que son alrededor del 67% de los municipios del estado. En realidad, si hablamos de oposición efectiva para morena y Delfina serían 121 municipios (Contando los de los demás partidos) un 97% de los municipios del estado. El 3 restante, o sea 4 municipios son Texcoco de morena y los tres restantes del PT, resultado de su incipiente alianza. En el Congreso Local, de manera efectiva habría una oposición de 67 de los 75 diputados, un 89% del total de los legisladores; el resto son los 6 de morena y 2 del PT. Del lado de la gobernabilidad existirán batallas muy fuertes con los ayuntamientos y desde luego en el Congreso, en materia de legislación. Morena tendrá que sortear un gobierno contra corriente, en la que encontrarán prácticamente una barrera para poder pasar sus políticas públicas y programas asistenciales, al menos hasta las próximas elecciones.

Los derrotados tendrán muy poco tiempo para hacer creer a la opinión pública el fracaso de Delfina. En realidad ya estaremos en carrera presidencial, y donde también se juegan los 500 diputados, senadores, cientos de ayuntamientos, todos muy sujetos a los resultados de ésta elección y desde luego de sus resultados. Erradicar completamente la corrupción puede llevar más de un sexenio. El repunte violento, la falta de resultados y sobre todo la poca gobernabilidad y descalificaciones serán el pan de cada día en el Estado. Y no porque no lo haga bien Delfina, sino por lo que se juga su éxito al frente del estado.

Los mexiquenses y en realidad los mexicanos deberán poner ante todo su inteligencia para comprender las acciones que podrá en marcha la red de corrupción. Los medios siguen estando, y talvez estarán por algún tiempo al servicio de esa red de corrupción. Por ello, el bombardeo mediático, la psicosis de la inseguridad y la difícil gobernabilidad será el día a día en el estado, de ganar morena y de cumplirse esta prospectiva.

Además, nos mostraría el futuro que espera una victoria del líder de morena, Andrés Manuel López Obrador. Donde el peligro… el verdadero peligro, no el inventado por medios, traspasará fronteras e intereses. Serán muchas las venas de la corrupción actual que peligran ante una eventual victoria de Andrés Manuel. Son años de arraigo en la corrupción, donde incluso los ciudadanos se han acostumbrado. Si hay un peligro, las bolsas si pueden tambalear, puesto que empresas coludidas con el régimen actual y grandes bancos están involucrados en mayor o menor medida con la corrupción. Ese cáncer del que tanto se habla pero del que poco se hace. Ese monstruo que ha acabado con el estado de derecho. Esa corrupción que se ha llevado la economía, se ha llevado la dignidad de los mexicanos y sobre todo… se ha llevado la vida de miles de mexicanos.

Esperemos pues los embates de una enfermedad agonizante. Como aquel virus en el cuerpo que al ser atacado con antibióticos empeora el estado general en las primeras horas, por la obvia reacción de defensa del cuerpo; así veremos el régimen corrupto empeorar el estado general. Pero dice el dicho: Después de la tormenta, sobreviene la calma. Si algo se empieza bien, deberá terminar bien.
Su servidor espera, desde luego, que mis apreciaciones sean exageradas.  Que la transición política sea un proceso más fluido. Que de ganar morena, las cosas vayan muy bien desde un principio. Lo cierto es que pueda no resultar así. Pero por algún lugar se tiene que empezar y este 4 de Junio Morena tiene la oportunidad de empezar desde la “joya de la corona”: El Estado de México.